Mi Yo Emprendedora

No he dejado de trabajar nunca por cuenta ajena. Eso es una realidad y una necesidad.

Aún así también he sido emprendedora.

Empecé el día que decidí que quería acompañar a otras mujeres en sus maternidades.

Han pasado unos años.

Sabía que era vender peines en un país de calvos. Perdonad la comparativa, pero no se me ocurre ninguna mejor que defina mi emprendimiento.

Mi sueño, empezó a coger cierta forma.

Me formé. Cree perfiles en redes. Cree una web que me quedó preciosa.

La gente decía que era una maravilla de proyecto.

Pero no voy a engañar. Me he encontrado con mucha gente que quería que le solucionara la papeleta , de manera inmediata, y gratis, por supuesto.

Puedes imaginar la frustración que siente una ante un momento así. Que ves que te has formado, te has ilusionado, le has dedicado tiempo a un proyecto que no ha avanzado como yo soñé y deseé.

Aceptación. Ahí estoy. Inmersa en la aceptación. Con mucha calma. Mi proyecto no se ha ido a la basura. Lo tengo guardado en un cajón. Sigo siendo doula. Pero no ejerzo. Digamos que estoy en ese punto.

Y la verdad es que aunque ha sido una decisión dura de tomar, era necesaria. Ahora me siento en paz. Estoy en el punto de hacer y deshacer según me plazca. De escribir y publicar lo que me venga en gana.

Mi yo emprendedora está dormida en ese cajón de los sueños trabajados y luchados pero no alcanzados.

Que se le va a hacer. Unas veces se gana y otras se aprende. Esta historia no acaba aquí.

Continuará…

3 comentarios en “Mi Yo Emprendedora

Deja un comentario